Inauguración de la exposición
Quiebres y fragmentos

Celebrando los 50 años con la fotografía del fotógrafo venezolano

Alexis Pérez Luna
Premio Nacional de Fotografía 2017


Jueves 7 de junio, 20 h
entrada libre y gratuita hasta completar aforo

Clausura: 21 de julio de 2018

Visitas de martes a viernes de 10 a 14 y de 17 a 21 hs
Lunes alternos de 10 a 14 y de 17 a 21 h y Sábados alternos de 10 a 14




Silenciosas, sumisas y resignadas, con las miradas perdidas en la desesperanza con su presencia ausente, me acompañan todos los días cuando salgo a caminar por cualquier calle del mundo, están ahí todo el tiempo, sin horario, sin reposo, solo sometidas al cambio de luz natural según la hora y artificial en las noches cuando tienen la suerte de pertenecer a vitrinas iluminadas, y si no pasan a pertenecer a la oscuridad donde detrás de unas rejas todavía alguien intenta verlas para identificar una ropa que vendrán a comprar el día siguiente.

Cuando cruzo la esquina para escapar de esa pesadilla, inmediatamente hay otras que me están esperando y me obligan a seguirlas coleccionando para mi álbum de soledades. Trato de entenderlas, continuo mi búsqueda y las observo para intentar darle explicación a mi obsesiva exploración involuntaria.

Los senos, cambiantes según las modas, las nalgas, los pubis, forman parte de una desnudez desprovista de cualquier clase de sensualidad, solo son pedazos de plásticos desarmables en partes, vestidos y desvestidos mil veces para portar nuevas modas sin que nadie las mire, ni siquiera para decir que linda mujer de mentira, se parece a alguien que nunca conocí.

Con suerte se ven reflejadas en el paisaje urbano que las acompaña, disfrutando de sombras rebotadas llenas de imágenes confusas de una ciudad de cemento que aporta cierta calidez dada por ventanas y puertas de edificaciones donde no hay seres humanos o si los hay también pertenecen a la confusión del olvido.

Estos personajes me persiguen en mis pesadillas, pero cuando salgo a la calle y los encuentro, siento un momentáneo alivio hasta la siguiente noche cuando llegan otros y así seguirá sucediendo hasta que pueda encerrarlos en un libro y sabrán que no hay lugar para ningún otro y empezaran nuevas pesadillas hasta la última foto. Así es la vida de un fotógrafo.

Esta es la historia de una serie de personajes que nacieron como esculturas y la modernidad los fue transformando en seres anónimos, inanimados, maltratados, utilizados despiadadamente, mutilados en muchas ocasiones con el simple objetivo de servir como portadores de ilusiones y sueños. Ellos llevan al que los ve, sin ni siquiera mirarlos, a interesarse en lo que llevan puesto para comprarlo. Despojados una y otra vez de una personalidad que nunca llegan a tener.

La historia de los maniquís comienza con la construcción de personajes hechos de muchos materiales que al principio reproducía la imagen de seres humanos reales conocidos, para pasar poco a poco a simplificarse de tal manera que apenas tienen rasgos humanos, haciendo de ellos una obra de arte anónima muy representativa de la vida moderna donde los afectos quedan de lado solo para dejar aflorar un interés material muy directo.

Hombres, mujeres, niños, nadie escapa a la final mutilación que les espera cuando ya no son útiles ni para vender un poco de terror, y terminan desechos, descuartizados en pedazos de brazos, piernas y manos y arrojados al cemento esperando por el camión de la basura que los llevara a algún sitio donde quizás algún niño los recoja para hacer de ellos un amigo imaginario.

Alexis Pérez Luna





Alexis Pérez Luna

1949
            Nace en Caracas, un día 3 de diciembre en la madrugada. Sus padres eran inmigrantes que se habían conocido y casado en Francia. Antonio Pérez Luna había abandonado España por motivos de la Guerra civil Natasha Kaloujsky había hecho lo mismo desde la Unión Soviética. Llegan a Venezuela en el año 46

1953
            Desde esta fecha y por espacio de un año la familia vive en México. Venezuela se encuentra bajo la dictadura de Marcos Pérez Jiménez

1954-55
            Vive estos años en Villa de Cura, Estado Aragua, en una hacienda donde su padre se ocupa de la agricultura, surgen sus primeras imágenes tomadas con una cámara sencilla de su madre, que ya había incursionado en la fotografía durante su juventud.

1957-58
            Vive en Calabozo, Estado Guárico y estudia en el Grupo Escolar Estados Unidos de América

1960-61         
            Su familia vuelve a residenciarse en el exterior, esta vez en Córdoba, Argentina. Ya para esta época Pérez-Luna había recibido como regalo de su madre una cámara fotográfica y realizado tomas de reuniones familiares y paisajes

1962
            Vuelve a vivir en Villa de Cura y estudia en Maracay en el Instituto Educacional Aragua.
1963
            Estudia en el Liceo Andrés Bello de Caracas y colabora con fotografías para el periódico mural Orbita 100 que dirigía su hermana Elisabeth

1968
            Asume su vocación fotográfica y abandona la recién iniciada carrera de Economía. Para esa fecha se une al grupo Cobalto, del cual formaban parte entre otros: Manuel Espinoza, Jesús Enrique Guédez, Regulo Pérez, Emiro Lobo y Abilio Padrón. Comienza su colaboración en las páginas de cultura de diferentes publicaciones en las cuales trabaja su hermana Elisabeth. Conoce a Juanito Martínez Pozueta y Joe fabry quienes le ayudan a dar sus primeros pasos en el laboratorio fotográfico. Desde este año comienza un trabajo fotográfico que estará signado por la vinculación a las causas sociales. Su madre le regala el último modelo de cámaras Nikon

1969
            Ingresa al Instituto de Diseño Fundación Newman como asistente del fotógrafo José Sigala, recién llegado de Filadelfia, donde había estudiado. Su padre le instala su primer laboratorio en un pequeño baño de la casa.

1971
            Viaja a Nueva York, donde permanece por un año estudiando el School of Visual Arts. Reafirma su cercanía conceptual con la tradición de la fotografía de denuncia al acercarse por primera vez a los trabajos de Lewis Hine y Jacob Riis.
1973-77
Sus conversaciones con el pediatra Enrique Pérez Guanipa, director del Hospital Infantil J.M. de los Ríos, estimula un trabajo fotográfico sobre la desnutrición que se extenderá por cinco años y dará como resultado un libro: Venezuela Desnutrida.
Junto a Juan Carlos Palenzuela realiza reportajes a diferentes personajes vinculados a la cultura de la cual surgirán los retratos de: Pablo Livinalli, Cruz Amado Fagundez, Edgar Sánchez, Alirio Palacios, Adrián Pujol y otros.

1974
            Luego de una breve pasantía en Madrid, donde convive con un grupo de Gitanos, realiza su primera muestra individual: Los Gitanos, en el Instituto de diseño de Caracas.

1975
            Se une con Luzmaya Colina, hija del reconocido artista Alejandro Colina. De ese contacto surgirá un trabajo inédito sobre las diferentes obras del escultor. Realiza la exposición individual: Imágenes del subdesarrollo en la Universidad de los Andes. Hace la investigación documental en la Colonia Psiquiátrica de Nirgua.
De esa pareja tiene sus primeros dos hijos: Alexis y León Felipe.

1976
            Se constituye El Grupo, con los fotógrafos Ricardo Armas, Luis Brito, Jorge Vall, Vladimir Sersa y Fermín Valladares. Con ellos realiza diferentes muestras colectivas: A Gozar La Realidad (1976) El Grupo (1977) Letreros que se ven (1979) De este último trabajo se editara un libro.

1977
            Muestra individual: Marginalidad y educación, en la Universidad Católica Andrés Bello y muestra colectiva del Grupo en la Librería Cruz Del Sur.

1979
            Viaja a Nicaragua, donde realiza un trabajo sobre Ernesto Cardenal. Este será mostrado en la exposición individual: Nicaragua, en la Galería Viva México, y en un libro: Ernesto Cardenal en Solentiname. Crónica de un reencuentro, con textos de Ildemaro Torres y dibujos de Pedro León Zapata.

1980
            Inicia en Ortiz y Parapara un trabajo, sobre los pueblos, sus personajes, arquitectura, tradiciones y las construcciones históricas, que aun continúa haciendo.

1982-83
            Estudia en el International Center of Photography de Nueva York. Es editado durante 1982 el libro Parques Infantiles, donde se reúne un conjunto de fotografías que evidencian la desolación y destrucción de estos espacios. Las imágenes son acompañadas por textos de Luzmaya Colina, Mercedes Angarita, Jesús Rosas Marcano, Enrique Pérez Guanipa y Luis Beltran Pietro Figueroa.

1985
            Obtiene el premio Eladio Alemán Sucre. Construye una nueva pareja con Leonor Ayala, junto con la cual realiza numerosos viajes al exterior de donde surgen fotografías con relación al absurdo Europeo desde la óptica de un fotógrafo con visión Latinoamericana. De este matrimonio tiene otros dos hijos: Antonio y Mariana.

1986
            A partir de ciertas experiencias personales y artísticas, su obra se orientará por un trabajo donde, según las mismas palabras del fotógrafo, abandono la fotografía de la militancia por la fotografía del placer. Su trabajo enviado a diferentes salones y exposiciones continúa recibiendo merecidos reconocimientos.

1990
            Obtiene la tercera mención en el concurso Luis Felipe Toro por la serie Paisajes de Ausencia De ella se ha expresado el mismo autor, diciendo: Las ausencias y las nostalgias son las únicas cosas realmente nuestras, aunque no sepamos muchas veces su razón, ni su origen…

1993
            Recibe el tercer premio en la Bienal Nacional de Fotografía realizada en Maracay.
Expone en Mérida, en Medellín y en la Galería América en Caracas.

1995
            Comienza su trabajo fotográfico en la población de San Sebastián de los Reyes junto a Sebastián Garrido y Vladimir Sersa. De él surgirá una exposición colectiva y posteriormente en 1999, el calendario: San Sebastián de los Reyes, Aquella aldea sobre el cual escribiera Esperanza Vera diciendo: Este calendario nos permite contemplar el siglo que concluye a través de la mirada tierna del niño que lucha dentro de Alexis Pérez-Luna por conservar y compartir el recuerdo de su infancia rural. También surgirá la muestra individual La otra claridad de San Sebastián de los Reyes

1995-97
            Recibe por tres años consecutivos, (con Camaguan, Tigua y La Reunión) el premio Henrique Avril en el Salón Arturo Michelena. De Tigua, afirma José Napoleón Oropeza: La manera de hacer poesía a partir del grano de luz que funde muerte y vida en la quietud del cielo y brizna.  De la obra galardonada en 1997, se ha expresado Ricardo Bello: La reunión parece desprenderse de ese afán documentalista al ingresar a una dimensión de la realidad cargada de extraño simbolismo. La noción de realidad ha quedado alterada, esa es la ventaja de los artistas realistas: nos preparan para el contacto con lo inexplicable, y cuando este tiene lugar, no tenemos más remedio que creerles, absolutamente convencidos de presenciar la imagen de un testimonio fidedigno: la existencia del misterio.

1996
            Construye pareja con Marisela Fuentes, su compañera actual quien lo ayuda e inspira a incursionar en una manera alternativa de exponer su trabajo fotográfico. Inicia el proyecto Calendarios como una forma de exposición de mayor proyección.

1997
            Se le otorga el premio Sebastián Garrido en la Bienal Nacional de Artes Plásticas de Puerto la Cruz. Publica el calendario de paisajes venezolanos para una empresa privada.

1998
            Este año publica dos calendarios uno sobre haciendas de Venezuela financiado por una empresa privada y otro con uno de sus trabajos más importantes titulado Seres que se Piensan, calendario dedicado a la mujer.

1999-2001
            Continúa participando con éxito en prácticamente todos los salones oficiales del país, logrando publicaciones en varios libros. Considera que es muy importante exponer también en sitios no tradicionales de manera que el arte llegue a los lugares de actividades cotidianas como forma alternativa de lectura del lenguaje fotográfico. Publica el Calendario San Sebastián De Los Reyes y otro en el año 2001 con el tema de barcos titulado “Chalupas, Yolas, Caiques y otros Navíos”, donde trata el tema de las embarcaciones varadas con la proa hacia tierra como símbolo de llegada y estabilidad. Reúne un número de imágenes donde lo absurdo, extraño y desconcertante es el tema común. Bajo el titulo de Huida y presencia de lo fantástico realiza una muestra individual itinerante, que continuara todo el 99 y parte del año 2000 en por lo menos seis ciudades del país y publicado nuevamente bajo forma de calendario del año 2000.

2002-2004
Los calendarios como forma de publicación de su trabajo fotográfico se mantienen constantes durante estos años. Se dedica en este periodo a la docencia en el taller de fotografía de Roberto Mata hasta que motivado por un grupo de jóvenes estudiantes y entusiastas por la investigación fotográfica se retira para dedicarse plenamente con ellos, una vez más, a recorrer el país en busca de sus memorias. Viaja por primera vez a Marruecos para realizar un reportaje sobre la vida de esa región.

2005-2006
Continúa publicando sus trabajos bajo forma de calendarios para lograr una gran difusión y relacionar la imagen con el tiempo, obtiene dos nuevos reconocimientos en salones oficiales a los cuales envía con disciplina todos los años. Realiza además ocho exposiciones individuales en galerías, museos y espacios alternativos acostumbrando cada vez más al público a frecuentar lugares no convencionales de exhibición de arte para buscarlo y entenderlo desde otra perspectiva. En el 2006 la editorial El perro y la Rana le publican un libro antológico con sesenta de sus mejores imágenes tomadas en Venezuela y en el mundo, se imprimen tres mil ejemplares que se agotan rápidamente. Recibe el premio nacional del libro por esta publicación.

2007
Cinco exposiciones individuales, trece colectivas, varios reconocimientos y la compra de una cámara digital marcan el comienzo de una nueva etapa de su vida a raíz de una oportunidad de viajar a África a encontrarse con el color. Influenciado por el trabajo a color de varios fotógrafos europeos, asiáticos, latinoamericanos y norteamericanos, lo llevan a percibir el color a través de un extraño filtro policromatico lleno de emociones.

2008
Todo se vuelve color en catorce participaciones en salones obteniendo para sorpresa de mucha gente gran respeto y admiración por su capacidad de entender el color de una manera muy personal y con la misma fuerza de los tonos en blanco y negro que aun no abandona. Publica un libro con setenta fotografías en blanco y negro titulado Mirando el tiempo que resiste, de retratos realizados durante muchos años en Venezuela, con prologo de Esperanza Vera, el libro es rápidamente distribuido a todas las librerías del país quedando como un documento importante en la consolidación de una memoria del país básicamente rural.

2009
Las cámaras analógicas son puestas de lado, el laboratorio se cierra momentáneamente y comienza a estudiar los programas de revelado digital. Viaja a la India durante 15 días por cinco ciudades obteniendo un importante trabajo en color. Trabaja como foto fija para varios documentales de jóvenes realizadores venezolanos.

2010
Invitado y motivado por grupos de jóvenes y noveles fotógrafos recorre el país dictando talleres y charlas. Continúa fotografiando la historia de los espacios y personajes olvidados en el país, sin dejar de exponer en los espacios alternativos del arte. Deja de participar en salones ya que estos se han orientado sobre todo al arte conceptual influenciados por el mercado del arte y en consecuencia la fotografía documental pierde poco a poco espacios de participación. Trabaja para enriquecer su página web y así compartir unas mil cuatrocientas fotos con las personas interesadas en su trabajo fotográfico. Asiste al taller de la fotógrafa mexicana Graciela Iturbide, dictado en el museo Esbaluard en Palma de Mallorca. Desde mitad de año se dedica a trabajar como foto fija de varios cortometrajes y un largometraje para cine.

2011-2012
Trabaja todo este tiempo para la Villa del cine como foto fija en las siguientes películas: Tienda honda de José Antonio Varela, Brecha en el Silencio de los morochos Rodríguez, Azu de Luis Alberto Lamata, Ley de fuga de Ignacio Márquez, Gaspar Mendoza de Julián Balam y Las Muchachas de Gabriela González. Continúa un trabajo de investigación fotográfica con un grupo de jóvenes fotógrafos el cual concluye con la publicación de un libro titulado El ojo en el plato.

2013-2014
            Dedica casi todo su tiempo a digitalizar su archivo fotográfico con el fin de exponerlo en su página web www.alexisperezluna.com interrumpido por ocasionales trabajos de reportajes para páginas web y promoción de artistas de diferentes áreas, así como trabajos de foto fija para varios documentales. Dicta charlas, conferencias y talleres en diferentes escuelas de fotografía y librerías de Caracas.

2015-2016
            Empieza su preocupación por dejar huella en la historia de la fotografía en Venezuela y la permanencia de su obra en publicaciones, en este año 2016 publica dos nuevos libros: Cantes de ida y vuelta y Las paredes no mienten. Así mismo prepara dos libros más para ser impresos en el 2017, en estos momentos ya están en etapa de edición



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