Presentación del libro
Tracto
de
Antonio Santamaría
Jueves 28 de junio, 20 h
ENTRADA LIBRE Y GRATUITA
Participan:
Francisco Carreño Espinosa, poeta y autor del prólogo del libro
Antonio Santamaría Solís, autor
Cómo comprender esta intimidad entre el futuro y el original? El filósofo del futuro es al mismo tiempo el explorador de los viejos mundos, cimas y cavernas, y sólo crea a fuerza de recordar algo que fue esencialmente olvidado. Ese algo, según Nietzsche, es la unidad del pensamiento y de la vida. Unidad compleja: un paso para la vida, un paso para el pensamiento. Los modos de vida inspiran maneras de pensar, los modos de pensamiento crean maneras de vivir. La vida activa el pensamiento y el pensamiento a su vez afirma la vida.
En lugar de la unidad de una vida activa y de un pensamiento afirmativo, se ve cómo el pensamiento se otorga la tarea de juzgar la vida, de oponerle pretendidos valores superiores, de medirla con esos valores y de limitarla, condenarla. Al mismo tiempo que de este modo el pensamiento se vuelve negativo, se ve cómo la vida se desprecia, cómo cesa de ser activa, cómo se reduce a sus formas débiles, a formas enfermizas, únicas compatibles con los llamados valores superiores. Triunfo de la "reacción" sobre la vida activa y de la negación sobre el pensamiento afirmativo .
En lugar del crítico de los valores establecidos, en lugar del creador de nuevos valores y de nuevas evaluaciones, surge el conservador de los valores admitidos. El filósofo deja de ser fisiólogo o médico para convertirse en metafísico; deja de ser poeta para convertirse en "profesor público". Se declara sometido a las exigencias de la verdad, de la razón; pero tras las exigencias de la razón se reconocen con frecuencia fuerzas que no son tan razonables, Estados, religiones, valores vigentes. La filosofía no es únicamente más que el recuento de todas las razones que el hombre se aplica para obedecer.
En lugar de la unidad de una vida activa y de un pensamiento afirmativo, se ve cómo el pensamiento se otorga la tarea de juzgar la vida, de oponerle pretendidos valores superiores, de medirla con esos valores y de limitarla, condenarla. Al mismo tiempo que de este modo el pensamiento se vuelve negativo, se ve cómo la vida se desprecia, cómo cesa de ser activa, cómo se reduce a sus formas débiles, a formas enfermizas, únicas compatibles con los llamados valores superiores. Triunfo de la "reacción" sobre la vida activa y de la negación sobre el pensamiento afirmativo .
En lugar del crítico de los valores establecidos, en lugar del creador de nuevos valores y de nuevas evaluaciones, surge el conservador de los valores admitidos. El filósofo deja de ser fisiólogo o médico para convertirse en metafísico; deja de ser poeta para convertirse en "profesor público". Se declara sometido a las exigencias de la verdad, de la razón; pero tras las exigencias de la razón se reconocen con frecuencia fuerzas que no son tan razonables, Estados, religiones, valores vigentes. La filosofía no es únicamente más que el recuento de todas las razones que el hombre se aplica para obedecer.