ABRIL MES DEL LIBRO

Presentación del libro
Recuérdate que no sabes recordar
de Carlos Sánchez

La presentación estará a cargo de Carlos Sánchez, autor;
Martín Micharvegas y Valerio Cruciani, escritores.

Martes 5 de abril a las 20 h
Entrada libre y gratuita
 
Recuérdate que no sabes recordar. Editorial Lìbrati, de la Librería Rinascita de Ascoli Piceno, diciembre 2010


Carlos Sánchez y el sueño de la memoria
de Alessandro Centinaro

Después de “La poesía, las nubes y el ajo” Carlos Sánchez, (valioso poeta, argentino por extracción e inspiración, italiano por elección, además de ciudadano del mundo por experiencias de vida y trabajo en organismos internacionales), nos propone esta nueva serie de textos poéticos, “Recuerda que no sabes recordar”, en versión bilingüe, española e italiana, que quiere ser de algún modo una geografía ideal de los territorios de la memoria, interrogándose, ante todo, sobre qué cosa sea la memoria en la dimensión poética del espíritu: si remembranza de la vivencia o bien remembranza del nunca acaecido si no como acontecimiento interior, o sea memoria de sueños, o memoria de íntimas utopías, ese “en otro lugar” que siempre es la cuerda invisible tensa detrás del consumirse de la experiencia del poeta. Carlos Sánchez es sudamericano y, no diversamente de otros poetas de aquellas regiones hechas de espacios amplios y abiertos, (basta pensar a Neruda), no ama las jaulas y los estrechos atolladeros de los géneros estilísticos, pero es llevado a un lenguaje multiforme y por así decir “global”, en el que los momentos de intimismo lírico y repliegue introspectivo se alternan, sin fracturas pero con elegante y continua transición tonal, en acentos de dramática y sonora epicidad, así que su poesía alterna la mirada hacia “afuera”, (hacia una aireada dilatación de horizontes existenciales y de sentido) como los territorios ilimitados de su tierra) y una mirada “dentro”, (en el “recessus” o abismo, de aquel “si mismo” que es la espiral de la profundidad psíquica, individual y colectiva, la nocturna madre oscura de los sueños); en esta tensión dialéctica entre enfoque lírico y enfoque épico emerge, como entre los pliegues de un discurso complejo, una vena de aguda y dulceamarga ironía que pudiéramos definir como post-existencialista: “el silencio es una virtud adulta” dice el autor, y, más adelante, añade: “abre las manos y el corazón / abre esta vida indivisible / única / abre las puertas y las ventanas / antes que nos escape”, reexaminando un “carpe diem” en que, en cambio, la vida no es aquella, egocéntrica- mente entendida, de cuyo, horacianamente, se separa con serenidad “de saciedad”, “ut conviva satur”, pero es la corriente vital que viene de afuera, del ilimitado mar de la humanidad, y de la cual se deja dominar, aceptando el riesgo de una confusión u amalgama de toda egocéntrica identidad: Carlos Sánchez, en estas sus epifanías de memoria onírica, o de sueños memoriales, nos transporta a un preciso campo suyo de interés especulativo, (él es también maestro de Qi Gong) que evoca la unidad del “tao”, el gran flujo del ser, el océano psíquico universal (“el espacio donde nacen los cielos”) aquí tiende a volver la individualidad separada del “ex-sistere”: así la memoria de cada uno es la memoria confluente y compartida, o la memoria – o prefiguración memorial – del Todo.  Este autor posee el arte sutil de tocar los grandes interrogantes del ser, (reducido al “sé” del microcosmos individual en la totalidad del significado), con mano delicada, con los tonos de un diálogo con un imaginario interlocutor (la gran parte de los textos contiene un vocativo), y parece que se tratase de un diálogo propiamente socrático, donde el maestro y el alumno encuentran juntos la verdad, en el intercambio de sus dudas sobre la tierra de nadie entre vegetativos jardines de sentido y pantanos de sin sentido: el cultivo fabulosamente sagaz de esta socrática duda entre las tierras, los aires y las aguas de una incorpórea y huidiza memoria, que es de cada uno, o de nadie, o del Todo humanamente concebible, se extiende con riqueza y elegancia de imaginación poética, no menos que con persuasiva profundidad de sobreentendido y entretejido pensamiento.


Carlos Sánchez nació en Buenos Aires, Argentina, en diciembre de 1942. Ha viajado por muchos países de América Latina, Medio y Extremo Oriente como consultor y experto en comunicación social para diversos organismos de las Naciones Unidas y la cooperación internacional. Es ciudadano italiano y reside en Folignano (Ascoli Piceno). Ha trabajado como lector y profesor de Lengua y Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Cassino, “La Sapienza” de Roma, y “Sor Orsola Benincasa” de Nápoles.  Ha publicado: “Gestos”, poesía (Ed. Juan Mejía Baca, Lima Perú, 1964); “América Latina mi país”, fotografías (Ed. Experimenta, Nápoles 1976); “Apuntes de vida”, poesía (Ed. Experimenta, Nápoles, 1978); “Signo de tierra”, novela, (Ed. Lalli, Siena, 1983); “El inquilino incomodo”, poesía (Ed. Gemina, Roma, 1991); “La efímera dulzura de vivir”, poesía (Ed. Búho, Santo Domingo, República Dominicana 1997); “Doce cuentos para ser leídos en conchos y voladoras”, cuentos (Ed. Búho, Santo Domingo, República Dominicana, 1998); “Alta Marea”, poesía (Ed. Quasar, Roma, 2005); “La poesía, las nubes y el ajo”, (Colección “I poeti di Smerillana”, Ed. Lìbrati, Ascoli Piceno, 2009).  “Recuérdate que no sabes recordar” Ed. Lìbrati, Ascoli Piceno, 2010. Sus poesías se encuentran en la “Antología de la poesía argentina”, de Raúl Gustavo Aguirre (Ed. Librería Fausto, Buenos Aires, 1979). Actualmente colabora en el Área Europea, en la revista polidiomativa on-line de arte y cultura “I Poeti Nomadi”. Poesías, cuentos y artículos, han sido publicados en revistas y periódicos de América Latina y Europa, como así también en numerosos sitios de Internet.

Fotos del evento: 







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